La gestación subrogada, es una técnica de reproducción asistida y un acuerdo legal, es un proceso largo y complejo, que involucra a personas y por ende emociones. Este proceso representa para muchas familias, la posibilidad de hacer realidad el sueño de convertirse en padres.
Si bien es cierto que, aunque desde sus inicios, al día de hoy la gestación subrogada ha generado un debate ético y legal, día a día, cada vez más individuos y parejas recurren a la subrogación para hacer crecer a sus familias.
Algo muy importante que se debe tomar en cuenta en estos procesos son los contratos. En este artículo abordaremos la relevancia de los contratos en un proceso de gestación subrogada.
Un contrato de gestación subrogada, es un documento legal que vincula y que establece los derechos y obligaciones de las partes involucradas en dicho proceso. Un contrato es una herramienta fundamental que permite garantizar que un proceso se lleve a cabo de manera ética y transparente, en la gestación subrogada protege los intereses tanto de los padres de intención, como los de la gestante y el futuro bebé.
En términos generales, en el contrato de gestación subrogada se detallan los derechos y obligaciones de las partes involucradas, así como sus acuerdos e intereses, además se establecen cuestiones económicas, como la compensación de la gestante.
Un contrato de gestación subrogada no es un contrato de explotación, pues, en este acuerdo legal no se está obligando a la gestante a participar, ni hacer ninguna actividad en la que ella no esté de acuerdo o que no respete sus garantías individuales, un contrato es un compromiso entre los padres de intención y la gestante, un acuerdo equitativo.
Este acuerdo legal, no es un contrato de arrendamiento, ya que los padres de intención no tienen derecho o potestad sobre el vientre o el cuerpo de la gestante.
Tampoco es un contrato de compra-venta, pues no hay un producto que comprar o que vender, ni la gestante, ni el vientre de la gestante, ni el bebé. Además, resulta una falta de respeto reducirlos a un objeto, pues, por un lado, la gestante es una mujer independiente y de noble corazón, que está decidiendo por sí misma ayudar a otra pareja a cumplir su sueño, prestando sus capacidad de gestar, y por otro lado el bebé, es una personita que ya está siendo amada y deseada incluso antes de nacer, no es un capricho, es un deseo que viene desde el amor.
Y en este deseo que viene desde el corazón hay que regular la relación que tendrán sus involucrados, estableciendo el compromiso que habrá en el paso a paso de este proyecto. Por ello, un proceso de gestación subrogada no debe y no puede ser llevado sin un contrato legal de por medio.